Las cosas suceden por algo y aquel episodio del año 1992 en La Plata, más precisamente en calle 48, 11 y 12, en donde el odontólogo Ricardo Barreda asesinó a su esposa, Gladys McDonald, a sus dos hijas, Cecilia y Adriana Barreda y a su suegra, Elena Arreche, tuvo su reconocimiento como se debe en Chaco.
Sin la presencia del profesional dental ya retirado, Jorge Capitanich inauguró el espacio “Centro de Ayuda para la Mujer, Ricardo Barreda”, con la presencia de varias ONG´s de la mujer, contra la violencia de género y demás.
Los años pasaron y por fin un político se destinó a rendirle su homenaje por tamaña acción sucedida en noviembre del 1992, ya que Barreda estuvo gran parte del tiempo tras las rejas desde el año 1995 hasta el 2011. En la actualidad, goza de su libertad, lamentando no poder asistido a esa condecoración